He buscado este interesante cuento, hace unos minutos, para mostrárselo a alguien con quien dialogaba sobre las diversas y, normalmente, contrarias opiniones que podemos tener las personas, sobre un mismo asunto, y la imposibilidad de hacer, o decir, algo que agrade a todo el mundo.
Es un cuento popular español y merece la pena leerlo aunque solo sea por capturar la magistral moraleja extrapolable. Así pues lo dejo por aquí para quien quiera echarle un vistazo:
Cuento popular español: "El abuelo, el nieto y el burro":
Un abuelo y su nieto salieron de viaje con un burro. El nieto había pasado las vacaciones con su abuelo y ahora volvía a casa de sus padres para empezar nuevamente el colegio. A ratos, el abuelo o el nieto se subían al burro y así iban haciendo el viaje más cómodo.
El primer día de viaje llegaron a un pueblo. En ese momento el abuelo iba sentado sobre el burro y el nieto iba caminando al lado.
Al pasar por la calle principal del pueblo algunas personas se enfadaron cuando vieron al viejo sobre el burro y al niño caminando. Decían:
—¡Parece mentira! ¡Qué viejo tan egoísta! Va montado en el burro y el pobre niño a pie.
Al salir del pueblo, el abuelo se bajó del burro. Llegaron a otro pueblo. Como iban caminando los dos junto al burro, un grupo de muchachos se rió de ellos, diciendo:
—¡Qué par de tontos! Tienen un burro y, en lugar de montarse, van los dos andando.
Salieron del pueblo, el abuelo subió al niño al burro y continuaron el viaje.
Al llegar a otra aldea, la gente exclamó escandalizada:
—¡Qué niño más maleducado! ¡Qué poco respeto! Va montado en el burro y el pobre viejo caminando a su lado.
En las afueras de la aldea, el abuelo y el nieto se subieron los dos al burro. Pasaron junto a un grupo de campesinos y éstos les gritaron:
—¡Sinvergüenzas! ¿Es que no tenéis corazón? ¡Vais a reventar al pobre animal!
El anciano y el niño se cargaron al burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. La gente acudió de todas partes. Con grandes risotadas los pueblerinos se burlaban diciendo:
—¡Qué par de tontos! Nunca hemos visto gente tan tonta. Tienen un burro y, en lugar de montarse, lo llevan a cuestas.
Al salir del pueblo, el abuelo después de pensar un buen rato le dijo a su nieto:
—Ya ves que hay que tener opinión propia y no hacer mucho caso de lo que diga la gente.
-Fin-
Extraído de: El Huevo de Chocolate.
Imagino que muchos de vosotros ya conocíais el cuento pero, para aquellos que no lo conocierais, espero que os haya gustado.
Un abrazo.
Ángeles Duque Rey.
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