Sus labios se fundieron en un dulce y delicado beso.
Un beso que sellaba sus destinos.
Destinos que exigían un adiós para siempre.
Un adiós para siempre que no necesitaba palabras, solo sentimientos.
Sentimientos de dolor, de agonía y de tristeza.
Sentimientos escondidos en los latidos de dos corazones rotos que juntos sucumbirían al sueño eterno.
© 2017, Despedida.
© Ángeles Duque-Rey

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